La dimensión sensorial que tenemos las personas hace que experimentos, que tengamos vivencias, pues cada uno vive su vida con ojos, oídos, con manos y pies, con lengua y nariz. Si no fuéramos sensoriales, no hablaríamos de experiencia humana sino de otra cosa.
* Hemos comido una
MANDARINA ECOLÓGICA, poniendo toda la atención en comernos una fruta, percibiendo los pequeños detalles de vista, gusto, tacto y olfato.
* La colocamos en la mesa frente a nosotros y la miramos atentamente como si fuéramos a pintarla o fotografiarla (color, brillo, forma...).
*A continuación, la tomamos con la mano y observamos con espíritu investigador las diferentes texturas que hay en ella: sentimos su temperatura, tipo de piel, tamaño... Acto seguido, pasamos a olerla atentamente.
* Llevamos lentamente la fruta a la boca y la paladeamos, especialmente el primer bocado, comiéndola con mucha atención: ¿Qué volumen de fruta hay en mi boca? ¿Qué temperatura? ¿Es muy acuosa? ¿Es dulce? ¿Qué diferencia hay entre la piel y el resto?
Luis López González.
Relajación en el aula. Recurso para la Educación Emocional.
Wolters Kluwer España. Madrid. 2012
* También hemos recordado y agradecido a las personas que participan con su trabajo en todo el proceso que sigue la fruta, desde que es plantada la semilla hasta que llega a nuestra mes. ¡Son muchas las manos las que intervienen!
*Podemos escuchar la canción "Muchas manos" del CD del libro "Plantando semillas" de Thich Nhat Hanh y la Comunidad de Plum Village